El estudio halló que el ejercicio físico moderado realizado unos quince años antes se asociaba con una reducción de 25 por ciento en el riesgo de presión de perfusión ocular (PPO) baja, un factor de riesgo importante del glaucoma.
El estudio aparece en la edición de octubre de la revista Investigative Ophthalmology & Visual Science.
"Parece que la PPO es mayormente determinada por la aptitud cardiovascular", señaló en un comunicado de prensa de la revista el autor, el Dr. Paul Foster, del Instituto de Oftalmología del Colegio Universitario de Londres. "No podemos comentar sobre la causa, pero ciertamente hay una asociación entre un estilo de vida sedentario y factores que aumentan el riesgo de glaucoma".
Un gran número de estudios previos han examinado el efecto de la actividad física sobre los dos componentes de la PPO, la presión intraocular [PIO] y la presión arterial, pero este es el primer estudio en observar la asociación entre la actividad física y la PPO, según los investigadores.
"Antes de ahora, el único factor de riesgo modificable del glaucoma era la PIO, alterada con fármacos, láser o cirugía", dijo Foster. "Creemos que nuestro estudio apunta a una nueva forma de reducir el riesgo de glaucoma, al mantener un estilo de vida activo. De esta forma, la gente puede participar en la alteración del riesgo de glaucoma y muchos problemas graves de salud más".
Los autores reconocieron que se necesita más investigación antes de que alguien utilice el ejercicio para prevenir o tratar el glaucoma.
Más información
El Instituto Nacional del Ojo de EE. UU. tiene más información sobre el glaucoma
.
